Es una práctica oriental, que tiene como objetivo el estiramiento de la piel con medios naturales, para conseguir el rejuvenecimiento del rostro. Es una práctica alternativa a la cirugía para aportar un toque más joven a la cara, ya que, con este tratamiento, se consigue tonificar la musculatura facial.
Con el tratamiento trabajamos escote, cuello, rostro y cuero cabelludo, produciendo una profunda relajación, alivio de dolores y molestias. Los beneficios empiezan a obtenerse a corto y medio plazo, algunos empiezan a notarse desde la primera sesión:
Recomendamos hacer de 4 a 5 sesiones semanales o cada 10 días y luego un mantenimiento cada 15 días y una vez al mes.