El mindful eating o
alimentación consciente tiene su origen en el mindfulness y consiste en
relacionarse con la comida saludable física y mentalmente. Es una práctica cada
vez más usada en nuestra sociedad por lo que queremos explicar brevemente en
que consiste.
El mindful eating
no es una dieta, simplemente sienta las bases de mantener una relación sana con
la comida enseñándonos a entender y diferencial el hambre fisiológica del
hambre psicológico o emocional, el hambre por necesidad del hambre por
ansiedad. Ser conscientes de qué, cómo, cuanto y cuando comemos tiene muchos
beneficios:
- Nos ayuda a escuchar lo que nuestro cuerpo nos dice sobre hambre y
saciedad, para de esta forma hacer elecciones saludables y nutritivas.
- Ayuda a reconocer los patrones que nos llevan a comer emocionalmente y
así poder tener herramientas para gestionar las emociones, las sensaciones
internas y los sentimientos que llevan a conductas automáticas o impulsivas.
- Se pueden aplicar para mejorar nuestra alimentación, perder grasa,
ganar músculo y ganar rendimiento como personas deportistas y saludables
“EL MINDFUL EATING
SE CONVIERTE ASÍ EN UNA POTENTE HERRAMIENTA QUE PERMITE AYUDAR A LAS PERSONAS A
TENER UNA RELACIÓN SANA Y EQUILIBRADA CON LA COMIDA Y LA ALIMENTACIÓN”
Algunas de estas
herramientas son:
- PENSAR ANTES DE COMER. Es la base de mindfulness, pensar antes de actuar. Disfruta comiendo
aquello que te gusta, pero en bocados pequeños, saboreándolo y masticando bien
para no comer en exceso.
- COME CUANDO TENGAS HAMBRE DE
VERDAD. Es bueno hacer periodos de ayuno (no tienen
por qué ser muy largos, de 4-5 horas) para volver a reconocer el hambre y
diferenciarlo de la gula, el aburrimiento o la necesidad de calmar alguna
carencia. De esta forma, más adelante sabrás distinguir perfectamente si lo que
el cuerpo te pide es “nutrirte” o cubrir una necesidad emocional.
- DEJA DE COMER CUANDO ESTÉS
SACIADO, NO LLENO. Si el cuerpo te pide parar y la mente continúa terminará
teniendo consecuencias para tu organismo: aumento de peso, sensación de
pesadez, reflujo…incluso mal humor o depresión.
En definitiva, el
mindful eating nos ayuda a reconectar cuerpo y mente con la experiencia de
comer, algo que hacemos a diario, varias veces al día y que solo prestamos
atención cuando queremos mejorar nuestro estado de salud o apariencia física,
sin pararnos a pensar como hemos llegado a este punto que ahora queremos
revertir.